Estrés y depresión, causas de la caída del pelo
Tanto el estrés como la depresión, son enfermedades que tienen un impacto negativo en la salud capilar, aunque sus efectos normalmente son temporales. Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo, y actualmente hay más de 300 millones de personas que sufren esta enfermedad.
Un estado de ánimo bajo afecta a nuestra salud en muchos aspectos. Según unos estudios recientes, este estado anímico bajo tiene su repercusión en el cuero cabelludo, y está muy relacionado con la caída abundante del cabello. Un persona que está en una época de estrés o depresión, puede sufrir una caída del cabello la cual normalmente se produce de forma homogénea y difusa durante un determinado periodo de tiempo (lo que dura el estrés o la depresión).
Esta caída viene motivada por una alteración en el ciclo capilar que afecta a los folículos pilosos que están creciendo. Es decir, éstos pasan directamente de su fase de crecimiento o anágena, a la fase de caída o telógena. Nuestro cuerpo reacciona al estrés liberando corticoides, lo cual provoca un aumento de la producción de sebo y una disminución del oxígeno en el folínculo piloso, con el consecuente debilitamiento del pelo y la posterior caída.
Ante esta situación, lo principal es acudir a un especialista que trate el estrés y la depresión para hacerlas remitir, pero si la caída del cabello se prolonga, recomendamos acudir a un centro especializado como el nuestro para encontrar la mejor solución posible y detener la caída del cabello.